domingo, 27 de marzo de 2011

Cambios de paradigma 2011: La nube mal entendida

Predecir el futuro ya está muy gastado y no voy a intentar leerles mi bola de cristal para esta año 2011. Mas bien intento crear consciencia junto con todos los desarrolladores de cómo se esta moviendo el mercado de los sistemas rápida y constantemente de un lado a otro, en lo que yo creo podemos salir perdiendo o ganando, como en todo cambio, dependiendo que tanta energía e inteligencia le pongamos.

La nube”, quiero decir el Cloud computing, sigue siendo siendo un concepto no entendido o mal explicado, casi como la programación orientada a objetos a principios de los 90s, y en muchos casos desgraciadamente hasta la fecha (que personalmente tardé en entender y practicar al 100% algo así como ocho años).

Gran parte de los que entienden el cómputo en la nube, tienen un concepto correcto pero solo ven una parte de todo este nuevo paradigma. Y es que resulta que todo software que usamos en nuestra red de casa u oficina pero que corre en servidores fuera de nuestra red, viene a ser cómputo en la nube.

Este concepto incluye, entre miles de otras cosas que usamos diario y hemos usado durante muchos años, los siguientes: Hotmail, Facebook, Twitter, Blogger (este blog esta un servicio en la nube!), todos los demás servicios de Google (el buscador, GMail, Calendario, Docs, Adwords, Analytics y toda la plataforma Google Apps), todos los servicios de hospedajes de páginas web tradicionales, los servicios de mensajería instantánea (no los programas cliente, pero si los servidores) como Live Messenger, el mismo caso con Skype, otros servicios más especializados como SalesForce, Microsoft Dynamics CRM services, etc. etc. etc.

Además, igual que en la venta de equipo de cómputo donde hay un Mayorista y un Revendedor que le compra a ese mayorista y tiene un ganancia al revender, también hay “Mayoristas” de la nube, que te dejan subir tus aplicaciones a sus servidores y te cobran por el uso de CPU, memoria, almacenamiento, etc. siendo los más destacados Amazon Web Services, Microsoft Azure, Google App Engine y Rackspace, pero no los únicos. Algunos ejemplos de “Mayoristas” mas pequeños son Xeround database o EP.IO de los que Domingo Aguilera y Norberto Martínez han hablado.

La tendencia parece ser la siguiente: Los fabricantes de hardware se dedican fervientemente a hacer servidores más grandes que soportan virtualización y a hacer clientes más pequeños (como las Netbooks, los cada vez más poderosos smartphones y las muy atractivas Tablets), y los grandes fabricantes de software hacen sistemas y servicios cada vez mas genéricos y cubren cada vez más necesidades con sus plataformas (como los que ya mencioné), o pequeños fabricantes tratan de hacerse millonarios con una aplicación que pongan en la nube como si trataran de pegarle al premio mayor de la lotería, aprovechando la globalización de estos servicios (pequeño esfuerzo y grandes ganancias, el sueño húmedo recargado).

Hay mucho que aprender e investigar para aprovechar el no tan nuevo paradigma de aplicaciones como servicios en la nube. En su forma más primitiva, hacer aplicaciones web o web services es suficiente, incluso saber usar Microsoft Terminal services para distribuir aplicaciones es una opción. Aplicaciones web “Ajaxificadas” o hechas con paradigmas RIA completos como Silverlight o Adobe Flex, junto a web services eficientes y generales parece ser lo ideal para subirse a la nube. Google apoya Python y Java, Microsoft obviamente ASP.NET (tradicional o MVC), Windows Communication Foundation (WFC) y Silverlight, Amazon y RackSpace tienen formas más abiertas, como rentar servidores virtuales completos y cada quien sabrá que les instala.

Yo no creo que “todo correrá en la nube algún día”, de hecho decir eso implicaría una mentira. Pero es una tendencia firme y arrolladora, y muchos profesionales van a quedar arrollados como en todo cambio (¿recuerdan MS-DOS a Windows? ¿16 a 32 bits? pues tal vez sea aún peor!). Hay que echarle ganas a entender el verdadero impacto del cómputo en la nube, porque es una realidad con la que vivimos desde hace tiempo.